jueves, 15 de agosto de 2013

Conociendo el Amazonas.


Anécdota
Un viaje entre la selva y la ciudad
Es la ciudad más lejana de la capital, está en el punto más extremo de la geografía de Colombia y por ser así genera un tipo de especulaciones y estigmas entre los que aún no la conocen.

Para llegar allá desde Bogotá se tiene que tomar un vuelo que dura aproximadamente dos horas y solo lo ofrecen dos aerolíneas. Con una temperatura regular de 32° C y a 80 msnm nos recibe la capital del Departamento del Amazonas, que comprende un territorio 5.968 km2 y que cada día crece más por las ganas de explotar terrenos y explotar las riquezas de la selva.

El casco urbano es pequeño,  todo está cerca, se siente la humedad de la selva tan cercana y en muchas partes huele a pantano. Caminar por sus calles es relativamente seguro, todos se conocen y en Semana Santa se vive en un ambiente entre diversión y reflexión.

A pesar de ser una ciudad en la que la mayoría de sus habitantes tienen ascendencia indígena, tiene una gran población católica, que según algunos datos recogidos la mayoría de estos cristianos son hijos de los que llaman “colonos”, que llegaron a la ciudad después de la guerra con Perú para trabajar y aprovechar la cercanía con el río amazonas para sacar productos extraídos de la selva, como pieles, madera y caucho.

Leticia también es una ciudad turística y su principal atractivo es la selva espesa que la rodea y el imponente Río Amazonas que toca el territorio colombiano y sigue hasta Brasil. Por esto, la ciudad ofrece diferentes planes para realizar y disfrutar a los visitantes aventureros. La principal atracción de la ciudad es la Plaza Santander o Plaza de los loritos, llamada así porque a las 5:30 de la tarde llegan miles y miles de pericos a pasar la noche en los arboles de la plaza, es un espectáculo imperdible.

Internarse entre los arboles donde solo se escuchen los sonidos de la naturaleza es un plan obligado en el Amazonas. Entre otras este paseo lo ofrece la reserva natural Tanimboca en la que por solo $120.000 puedes ingresar al serpentario, luego una caminata de 700 metros por la selva amazónica hasta llegar a una ceiba de 35 metros de altura, la cual escalan por medio de unas cuerdas y cuando se llega a la copa del árbol bajas por un cable vuelo de 110 metros de largo. Para finalizar sigue una caminata de 400metros hasta llegar a una quebrada tranquila, sin rápidos ni cascadas, en la cual se puede hacer kayak sin ninguna dificultad, es un plan completo.

La isla de los micos
Recorrer la orilla del río Amazonas contra la corriente es otro plan obligado, con esto se pueden llegar a diferentes corregimientos del Departamento y también llegar a territorio peruano. La isla de los micos se encuentra a una hora desde Leticia, en esta isla, poblada por un pequeño grupo de indígenas Ticuna, procedente de Perú, se comparte con los monos tití, una de las especies más pequeñas de los primates y que se montan en los visitantes de la isla en forma inofensiva creyendo que se les va a dar comida. El principal atractivo de esta isla es alimentar a los monos que bajan en manadas de cinco, inclusive muchos con sus crías cargadas, mientras recorren los brazos de los visitantes. 

Pero esta isla tiene un pasado oscuro. Entre los años 80 y 90 fue una fachada para el negocio del narcotráfico. Al islote llegaban  ‘turistas’ que supuestamente disfrutaban por unas horas, llegaban con maletines y luego se iban, en realidad eran narcotraficantes que tenían instalados laboratorios y un puerto de coca, que para no levantar sospechas se hacían pasar por visitantes aventureros en busca de un plan diferente. Fue con un trabajo conjunto entre la policía peruana y colombiana que le pudieron quitar la isla a los narcos y fue entregada en concesión al Hotel Decamerón que actualmente la conserva.

Un municipio con calles, pero sin carros.
El Departamento del Amazonas, a pesar de su vasta extensión solo tiene dos municipios, Leticia y Puerto Nariño, este último es un pueblo que se consolidó con la constitución de 1991. Su población es de 7000 habitantes y vive de la pesca y del turismo. Este municipio es el segundo en importancia después de Leticia y también el segundo en extensión geográfica.

Para llegar al municipio se necesita coger una lancha en el puerto de Leticia, pues no hay carreteras que la conecten con la capital del Departamento. Este poblado tiene una particularidad que atrapa, no se permiten ni carros, ni motos, ni bicicletas, todo gira en torno al cuidado del medio ambiente y la protección del lago Tarapoto, habitad del delfín rosado. Los único que está permitido es un pequeño tractor recolector de basura y una pequeña ambulancia para los casos de emergencia, si lo quieres recorrer, te toca a pie.

En el Amazonas solo hay dos temporadas, la temporada de aguas altas y la temporada de aguas bajas. Cuando es aguas altas el Río Amazonas cubre toda la zona inundable que llega a cubrir hasta un kilómetro de la orilla del río. Esta época es aprovechada por los delfines rosados que llegan a desovar entre las raíces los arboles, para proteger a sus crías. También a esa zona llega el pirarucú, el segundo pez de agua dulce más grande del mundo, puede llegar a medir hasta 3 metros y pesar 250 Kg. 

La visión de un leticiano
Hitler Silva Valderrama tiene un puesto de comidas en una plaza cercana al puerto de Leticia. En este vende diferentes tipos de pescado asado, como bocachico y piraña y también chuzos de pollo. Es un ciudadano que le gusta la política y se preocupa por la actual situación de la ciudad, según él, en el gobierno local no hay políticos sino “oportunistas” que se roban el dinero que invierten en la ciudad. Este hombre de ojos negros, piel trigueña, pelo corto y contextura delgada, abre su negocio desde las 2:00 pm, limpia la zona y tiene sus propios clientes aunque de vez en cuando llega uno que otro turista a probar sus exóticos platos.

Dice haber trabajado para políticos, pero se cansó de que estos siempre le mintieran, pues Hitler asegura que después de ayudarles en sus campañas, estos simplemente dan la espalda al pueblo y solo se acuerdan de los más ricos. También se queja del turismo, “eso de que en Leticia vivimos del turismo es una gran mentira. “Aquí el turismo lo manejan unas cinco empresas que le venden al turista un plan que incluye todo y no le da posibilidad de comprarle al nativo. Por ejemplo el Decamerón me mira a mi por encima del hombro y da una mala imagen a los que vendemos en la calle, pero no le dice a los turistas que nosotros tenemos registro de salubridad, tenemos un certificado de manejo de alimentos y estamos registrados”.

Los servicios públicos son necesarios para el diario vivir y es obligación de las empresas públicas prestar un servicio de calidad, pero según Silva Valderrama, los servicios en el departamento dan lástima, el agua del acueducto no es filtrada, tal cual como la bombean llega a las casas. “Aquí nos sentimos más colombianos que en cualquier parte del país, y hacemos patria, pero aquí ni la procuraduría ni la contraloría sirve, si tu vas a poner una queja, como todo el mundo se conoce y son muy envidiosos entonces no hacen nada, ni siquiera llega la queja a Bogotá sino que te dejan en ridículo, y después si quieres buscar trabajo no te lo dan, por haber puesto una denuncia. El robo empieza desde el aeropuerto, eso y que “el impuesto al turismo” ¡eso es mentira! Eso se lo roba el negrito que lo cobra”

Tiene 6 hijos de los cuales dos ya son profesionales y una está a punto de graduarse de la Universidad, crítica las 270 casas que el Gobierno de Santos está haciendo porque, asegura, que entre los beneficiados hay peruanos con cédulas ilegales “Gracias a Dios yo pude levantar mi casa vea, con mi propio sudor, a mi no me la regaló nadie, y esas que van a hacer aquí y que 270 casas, ¿Por qué no se aseguran de que se la están dando a colombianos? Aquí llegan muchos peruanos con cedulas falsas y ¿Qué hace migración? Nada, porque eso es una burla”

Hitler finaliza diciendo que ojalá alguien llegara a Leticia con la intención de escribir un libro sobre la realidad de allá “Mi mujer dice que no hable mal de los paisanos, pero es que es verdad, ojalá un día de estos llegara alguien a escribir un libro y que me busque a mí, que yo lo apoyo y que se destape todo lo que hay aquí para que todo el mundo sepa la farsa del departamento”

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